De la toma de muestra al laboratorio: cómo añadir valor en cada fase de la recogida de muestras de sangre

Orden del médico y función del personal encargado de la recogida de sangre

Una de las primeras decisiones que debe tomar el médico es qué parámetros sanguíneos deben analizarse. En función de estos requisitos, se piden los tubos de recogida de sangre adecuados. En este punto, a veces no se considera qué tubo es el más adecuado. Esto puede deberse a la falta de información sobre el paciente, que simplemente no está disponible en esta fase. ¿Se necesita un tubo de gran volumen para el análisis o es mejor un tubo de bajo volumen?

¿Se trata de un paciente pediátrico o geriátrico y cuáles son sus condiciones venosas? ¿Permitirán incluso la toma de varios tubos de gran volumen o esto causará problemas durante el proceso de recogida? ¿Es la toma de muestras de sangre capilar más adecuada para el paciente?

Idealmente, todas estas preguntas y otras más deberían evaluarse y responderse antes de realizar la petición. En la práctica, esto no suele ser posible. Sin embargo, el personal de primera línea debería tener la opción de utilizar un tubo de volumen diferente o una técnica de recogida diferente, si ello tiene más probabilidades de éxito y garantiza muestras de alta calidad. Para ello, el personal necesita tanto la información sobre lo que se requiere como mínimo para realizar el análisis en el laboratorio como los conocimientos y la autoridad para tomar esta decisión.

Esto significa, por ejemplo, que, en caso de condiciones venosas difíciles, es posible cambiar de un tubo de gran volumen solicitado inicialmente a un tubo de bajo volumen si esto mejora la calidad de la muestra. Si el volumen reducido de la muestra es adecuado para el análisis en el laboratorio, tiene más sentido seguir este camino que insistir en el tubo de gran volumen a expensas de la calidad de la muestra (p. ej., debido al colapso de las venas¹), lo que puede dar lugar a que la muestra sea rechazada por el laboratorio.

Elección de los productos para la recogida de sangre

Otro aspecto a tener en cuenta es la disponibilidad de los productos necesarios para la recogida de sangre. La capacidad de seleccionar el producto más adecuado para las necesidades de toma de sangre de cada paciente puede marcar la diferencia. Un profesional de la recogida de muestras de sangre siempre tendrá en cuenta el estado general y venoso del paciente para seleccionar la combinación adecuada de productos y tubos.

Por ejemplo, un profesional sanitario tendría en cuenta que en caso de flujo sanguíneo venoso deficiente, por ejemplo en pacientes geriátricos, se evitarían en lo posible los tubos de gran volumen, ya que la vena podría drenarse por el alto vacío y la aguja del dispositivo de recogida de sangre podría engancharse en la pared interna de la vena y el flujo sanguíneo en el tubo se detiene¹. En la práctica, esto puede provocar un llenado insuficiente de los tubos si la persona que realiza la recogida no es consciente de esta correlación. El tubo insuficientemente lleno puede ser rechazado por el laboratorio o ser la causa de datos inexactos, ya que la relación aditivo/sangre en un tubo con aditivos no será correcta. En última instancia, esto provocará retrasos si hay que solicitar y tomar otra muestra, o incluso un tratamiento inadecuado del paciente.

Manejo y transporte de muestras de sangre

El hecho de que una muestra de alta calidad se recoja in situ no significa necesariamente que siga siendo de alta calidad cuando llegue al laboratorio. La manipulación y el transporte adecuados tras la recogida son fundamentales para mantener la calidad. Esto incluye la inversión suave de los tubos que contienen la muestra de sangre según las instrucciones de uso. Si se recogen varias muestras, es importante seguir el orden correcto de recogida para evitar cualquier posible contaminación cruzada de aditivos en diferentes tubos¹.

Es necesario etiquetar correctamente la muestra para evitar confusiones o rechazos en el laboratorio. El uso de una solución digital con tubos precodificados a lo largo de todo el proceso puede contribuir a aumentar la eficacia y la trazabilidad. Saber exactamente cuándo se ha tomado una muestra, escaneando el código de barras en el momento de la recogida, permite conocer el TAT (tiempo de respuesta) y ayuda a decidir el rechazo de muestras si han estado almacenadas demasiado tiempo antes de llegar al laboratorio para evitar datos erróneos.

El transporte adecuado desde el punto de recogida hasta el punto de análisis también tiene en cuenta el almacenamiento vertical de los tubos, las temperaturas estables, que no se han agitado los tubos en exceso, etc. Los sistemas digitales avanzados de seguimiento también pueden incluir este tipo de información sobre el transporte para ofrecer al personal del laboratorio una mejor perspectiva y ayudarle a rechazar las muestras no conformes antes de que se analicen y consuman recursos.

La calidad de una muestra de sangre es esencial no sólo para el laboratorio, que debe confiar en ella, sino también para el médico, que utiliza los resultados para decidir el tratamiento posterior, y para el paciente, cuyo bienestar depende de ella. Por tanto, todos los responsables de departamento, como los directores de laboratorio, deben vigilar todo el proceso para garantizar la máxima eficacia y el mejor resultado para el paciente.